
¡Pueblo indolente! ¡Cuan diversa sería hoy vuestra suerte si conocieseis el precio de la libertad! Pero no es tarde. Ved que, aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más, y no olvideis este ejemplo (...) Miserable pueblo, yo os compadezco; ¡algún dia tendreis más dignidad!
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